La pintura espiritual de Antonio cobra más significado en las acuarelas taoístas. Un conjunto de obras que fusionan conceptos filosóficos y experiencia meditativa. La mayoría pintadas en 2006, pero finalmente una colección de obras que abarca una etapa más espiritual y larga en la vida del pintor.
Son pinturas abstractas, con contenido simbólico y filosófico originales de Antonio García Calvente.
Son representaciones de la estructura de la mente desde un estado meditativo. El microcosmo es el mundo de cada uno, la mente interna, el espacio interior.
Microcosmo
Microcosmo es una serie de acuarelas que describen un viaje hacia la consciencia, donde se plasma, con subjetividad, armonía y equilibrio, la experiencia del orden y el caos, de la unión de la consciencia e inconsciencia, la luz y la oscuridad.
La visión está centrada en las estructuras de la psique que C. G. Jung propone, desde un proceso transformador personal del «sacrificium intellectus», desde el cual se origina una meditación para observar de frente el inconsciente personal y colectivo. El sacrificio del intelecto, Carl Gustav Jung lo describe como el proceso imprescindible para volcarse en un viaje hacia el mundo subjetivo e inconsciente, a fin de poder cruzar y romper las barreras mentales y lograr iluminar el inconsciente.
El proceso transformador personal del sacrificio del intelecto y de la razón, lleva a uno a encontrarse consigo mismo y desprenderse de lo marchito.
El macrocosmos se refiere al universo en su totalidad, mientras el microcosmos, es la parte de la realidad personal, como reflejo del macrocosmos. Ningún humano puede acariciar ni divisar el macrocosmos, pero sí soñar con él, a través del supraconsciente, o incluso, imaginarlo al observar con plena consciencia el microcosmo.
El macrocosmos y el microcosmos, el silencio, la manifestación primigenia, vienen a entremezclarse en colores puros y acuosos que reflejan una visión instantánea. No se trata aquí de color, ni de forma, sino de un instante de experiencia taoísta donde, sin decir nada, sin ser nada, se intenta acariciar el momento. En estas pinturas representa la filosofía fundamental del taoísmo, que se entrega a la hoja que cae del árbol en otoño y abraza el vacío.
Las siguientes pinturas captan el espíritu de esta búsqueda y el encuentro con uno mismo.
Son serie de acuarelas Taoístas son un viaje hacia la consciencia, donde se plasma, con subjetividad, color y equilibrio, la experiencia del orden, del caos y de la unión de la consciencia y la inconsciencia, la luz y la oscuridad.
Estructuras mentales
El proceso transformador personal del sacrificio del intelecto y de la razón, lleva a uno a encontrarse consigo mismo y desprenderse de lo marchito.
El macrocosmos se refiere al universo en su totalidad, mientras el microcosmos, es la parte de la realidad personal, como reflejo del macrocosmos. Ningún humano puede acariciar ni divisar el macrocosmos, pero sí soñar con él, a través del supraconsciente, o incluso, imaginarlo al observar con plena consciencia el microcosmo.
El macrocosmos y el microcosmos, el silencio, la manifestación primigenia, vienen a entremezclarse en colores puros y acuosos que reflejan una visión instantánea. No se trata aquí de color, ni de forma, sino de un instante de experiencia taoísta donde, sin decir nada, sin ser nada, se intenta acariciar el momento. En estas pinturas representa la filosofía fundamental del taoísmo, que se entrega a la hoja que cae del árbol en otoño y abraza el vacío.
Las siguientes pinturas captan el espíritu de esta búsqueda y el encuentro con uno mismo.
Sacrificium intelectus
La visión en las acuarelas Sacrificium intelectus está centrada en las estructuras arquetípicas que Carl Gustav Jung propone, en un proceso de personal: «sacrificium intellectus», desde el cual se origina una meditación para observar de frente el inconsciente personal y colectivo.
El sacrificio del intelecto, Carl Gustav Jung lo describe como el proceso imprescindible para volcarse en un viaje hacia el mundo subjetivo e inconsciente, a fin de poder cruzar y romper las barreras mentales y lograr iluminar el inconsciente. El proceso transformador personal del sacrificio del intelecto y de la razón, lleva a uno a encontrarse consigo mismo y desprenderse de lo marchito
El macrocosmos y el microcosmos, el silencio, la manifestación primigenia, vienen a entremezclarse en colores puros y acuosos que reflejan una visión instantánea. No se trata aquí de color, ni de forma, sino de un instante de experiencia taoísta donde, sin decir nada, sin ser nada, se intenta acariciar el momento. En estas pinturas representa la filosofía fundamental del taoísmo, que se entrega a la hoja que cae del árbol en otoño y abraza el vacío.
Pinturas de Círculos
Las pinturas de círculos muestran la unidad, el primer paso, el primer camino hacia uno mismo, y el último. Es una puerta y un espacio, es Tao.
Las diferentes pinturas de un círculo representan un paso sencillo y claro, los diferentes colores muestran aspectos de la mente, de la psique, de la propia realidad.
Pinturas Ying Yang
Las pinturas Ying Yang microcosmo, muestran el aspecto dual de la mente, de uno mismo. Lo masculino y femenino, la consciencia y la inconsciencia.
Son pinturas con dos esferas o dos formas entrecruzándose, a veces de igual tamaño, otras veces una más grande que otra, señalan las conjunciones y los cambios en la propia psique.
Pinturas de estructuas de la mente
Las pinturas de estructuras de la mente suelen mostrar 4 esferas, representando: el yo, el super yo, el inconsciente y el subconsciente. Los cuatro aspectos o la estructura mandala de la psique. Muestran sus interacciones y sus conjunciones. Son pinturas arquetípicas junguianas con un estilo abstracto, luminoso y colorido.
Pinturas espirales
Las pinturas de espirales representan un portal abriéndose en la propia mente, un proceso en movimiento, una experiencia, una realización. Son pinturas creativas, coloridas y magnéticas.
Pinturas de triángulos
Las pinturas de triángulos son muy representativas, muestran la primera fase de una creación, tras la conjunción del Ying y el Yang.