El lenguaje del artista

El artista, antes de ser artista, siente la necesidad de expresar algo inexpresable. No es cómodo, no es agradable, de hecho, muchas veces, nadie se atreve a hablar de ello.

El artista es aquella persona que busca el lenguaje, las palabras, los símbolos, la forma de comunicar aquello que nos aterra contar. Se aferra a la necesidad de expresarlo, y con esa necesidad, profundiza en una búsqueda que poco a poco se convierte en pasión, hasta que un día, se transforma en arte.

El arte no es gratuito, requiere esfuerzo, dedicación, ingenio y sobre todo valor, pues hay que ser muy valiente para hablar de aquello que otros no quieren, o no saben, o no pueden hablar. Y hay que tener valor, pues a lo mejor, nadie quiere escucharlo.

Cuando nos enamoramos, algunos tímidamente se expresan, calladamente, con miradas, con gestos. Otros más atrevidos con palabras, con palabras que busquen una correspondencia. A veces, según sea más o menos correspondido, uno se atreve más.

El artista, sin temor, se desnuda y muestra sus sentimientos. No espera aprobación, ni que le entiendan, ni si quiera espera ser escuchado, tan sólo expresar lo que siente, lo que otros ven, pero callan, lo que otros, tal vez no quieran escuchar.

El arte no se amedrenta ante ningún sentimiento. El arte es un lenguaje que busca comunicar, no sólo habla de amor, o de tristeza, todo aquello que nos conmueve, que nos agrieta el alma, lo que nos expande la conciencia.

pintura de unicornio tintas y acuarelas
pintura de unicornio tintas y acuarelas

No te arredres al mirar una obra de arte, simplemente abre la mente y observa, escucha, siente. Una obra de arte te enfrenta a algo evocando sentimientos, emociones, a los que muchas veces no sabemos, o no queremos enfrentarnos.

El lenguaje del arte es simbólico, son texturas, colores, equilibrios, armonías… El lenguaje del arte es un lenguaje interno, sensitivo. A veces lo encontramos en sueños, otras veces en la naturaleza, más es un lenguaje único.

El artista, al inicio de su carrera, muchas veces no sabe exactamente lo que quiere expresar, sólo busca. Indaga en ese lenguaje que querrá utilizar y lo aprovecha. A veces explora texturas, colores o estructuras determinadas. Tal vez técnicas que repita hasta que logre comprenderlas.

El artista principiante, aprende el lenguaje de sus sentimientos. A veces sólo son formas, rostros, miradas, gestos… que repite incansablemente. Igual que cuando aprendemos a leer y escribir, que repetimos las mismas letras hasta lograr conocerlas, escribirlas bien y memorizarlas. De la misma forma, el principiante repite incansablemente ciertas formas colores, estructuras que le resultan cómodas.

A veces, poco a poco, alterará esas formas ya conocidas, tal vez distorsione, cambie colores, juegue con los contrastes… necesita llegar ahí, donde no se puede ver, donde no se puede hablar, donde no hay nada o tal vez sí, pero todo lo que hay es etereo.

Poco a poco, estas formas conocidas quedan inútiles. Las técnicas aprendidas ya no le sirven. Ocurre igual cuando de adolescentes la caligrafía aprendida nos limita, sentimos que no nos representa, y rompemos con esa caligrafía.

Algunos artistas, en esta necesidad de ampliar su lenguaje, estudian a otros artistas. Se recrean en las formas que otros lograron, y es una forma maravillosa de aprender. Igual que leer un libro e interpretarlo a nuestra manera, el artista recrea un cuadro antiguo, igual que un cover, un remake.

Tras esto, sin escrúpulos, sin miramientos, el artista consagrado, el que ya conoce el lenguaje de los sentimientos, el que sabe cómo evocar una sonrisa, un llanto, una angustia, el que sabe alegrar el alma, crea su propio lenguaje, a fin de expresar aquello inexpresable.

El arte no es fácil, es valiente. El artista recorre un camino aterrador, que no concluye en toda una vida, que profundiza en todo cuanto no tiene palabras, ni formas, que materializa y formula las palabras exactas para que, aquél afortunado que aprecie su obra, sea conmovido, no por el artista, ni por su obra, sino por todo aquello que el trabajo artístico busca evocar.

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